Un viernes más, bienvenidos a nuestra sesión de humor de traductores. En el menú de hoy les ofrecemos risas sin cuartel gracias a Google Translator y su maravillosa labor. ¡Un fuerte aplauso para estos errores de traducción!
Los errores de traducción en las cartas y menús de los restaurantes y bares están a la orden del día. Aquí tenemos un bonito ejemplo de que Google no es tu amigo cuando quieres traducir tu menú… ¿Él/ella vino en botella? ¿En serio? No salimos de nuestro asombro…
Bueno, si habla español, caballero, ahí tiene el baño. Si habla inglés, el baño es para los jinetes. Hay algo que no cuadra aquí, ¿verdad? ¿Qué me decís?
La literalidad nos va a matar un día… Con lo bonito que es el condicional… y unas buenas traducciones, claro..
¿Se dedican a eliminar ciudadanos? ¿Qué ciudadano quiere que lo eliminen voluntariamente? Nos da la sensación de que no es exactamente eso lo que hacen en esa oficina, ¿o sí?
Es la primera vez que vemos que las molestias son las que se disculpan por existir. No podéis decir que no son educadas, eh. O quizás sea que Google ha vuelto a hacer de las suyas. Es posible, es posible…
Bueno, no entendemos muy bien por qué se le da las gracias por llamar a los hablantes de inglés. Si están leyendo eso es porque les han hecho una visita, ¿no? Entonces, ¿por qué gracias por llamar? Todavía le estamos dando vueltas, y más cuando a los hablantes de francés también se les agradece la visita… Ay, McDonald, que os ha salido la traducción un poco chapucera… Hay que buscarse unos buenos traductores, señores.
Esta contradicción nos encanta. Es tan maravillosa… La puerta para quedarse cerró siempre. No podéis decir que no es un poema en sí misma. ¡Qué grandilocuencia! Me temo que, una vez más, Google es el culpable de este poema. Era tan difícil indicar que hay que cerrar siempre la puerta y no que la puerta está cerrada para siempre. Qué difícil lo pones, Google…
De todas las imágenes que os hemos puesto hoy, esta es, sin duda alguna, nuestra favorita. En la oficina no nos hemos podido reír más cuando lo vimos. Nos ha encantado. Es estupenda. ¡Y un motivo más para olvidarnos de las traducciones automáticas! Como se suele decir, las máquinas no entienden de barcos y, claro, tú le das una palabra como «Papa» y no tiene claro si te estás refiriendo al máximo pontífice de la Iglesia Católica o te refieres a una patata. Homonimia, señores, homonimia… Y seguro que no es la última vez que pasa esto. Señor, señor…
Con esta última imagen terminamos nuestro artículo de hoy. Esperamos que os hayáis reído mucho. Si queréis ver más errores de traducción, no olvidéis por recordar nuestras anteriores versiones, 1, 2 y 3, que tienen también desternillantes errores que os va a encantar. ¡Que tengáis un buen día!