¿Cuál es tu traduasociación? Guía para principiantes y veteranos
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18 de diciembre de 2019El concepto «conciliación» forma parte de nuestro día a día, ¿verdad? La sociedad ha cambiado, las mujeres salen a la calle a trabajar y desarrollan carreras profesionales potentes y asentadas. Por tanto, todos vivimos rápido, los trabajos son absorbentes y parece que los días son cada vez más cortos. Y entonces, en algunos casos… nace un hermoso retoño. Ya la hemos liado…
Como decíamos antes, el trabajo ocupa cada vez más horas de nuestra vida… Eso si hablamos de una profesión normal. Por tanto, en el caso de un traductor, queridos amigos, el trabajo ES la vida. Internet está plagado de chistes, memes y viñetas relacionadas con la curiosa forma de vivir de los traductores. Que si vivimos en cuevas, que si trasnochamos para hacer una entrega in extremis, que si nos inyectamos café en vena para sobrellevar el ritmo… Así que, digan o que os digan… tienen razón.
Por lo tanto, cuando hablamos del asunto de la conciliación, solo nos queda una opción: reír amargamente e ir a llorar a un rincón. Para que os hagáis una idea, os presentamos un listado de tareas de una agencia de traducción tipo:
Rutina del traductor
- ¡Reunión de equipo! Nos ponemos las pilas, organizamos las tareas y nos ponemos en marcha.
- Consulta de correo + café
- ¡Reunión de equipo! (bis) Resulta que en el correo del día había más trabajo. Así que hay que teclear rápido, chicos.
- Café.
- Traducir, traducir, traducir.
- Momento de facturas y papeleo diverso. Eso y la tortura china son primos hermanos.
- Traducir, traducir, traducir .
- «¿Cómo traduzco yo esta expresión? ¡Equipo! ¿Una ayudita?»
- ¡Comida! Felicidad a bocados.
- Traducir, traducir, traducir.
- «Holi… ¿un cafelito?»
- Revisiones y cierre del día.
- Entrada de encargo de última hora.
- Cierredeldía.ok // Cierredeldía.definitivo // Cierredeldía.definitivodeverdad (así ad infinitum, hasta que dejan de surgir cositas).
Bromas aparte, no debemos dejarnos asustar por un ritmo de trabajo trepidante sumado a tener a los peques enfermos, las reuniones del colegio, las actividades extraescolares, aquel cumpleaños del amiguito raro de tu hijo o que tú mismo tengas hijitis y solo quieras estar con ellos tirados en el suelo jugando. Aunque parezca mentira, la conciliación es posible.
¿Cuál es el secreto para conseguirlo?
– Buena organización. Hay que marcar horarios y hay que cumplirlos. No siempre nos saldrá como nos gustaría, pero seguro que adoptar una rutina nos ayudará muchísimo.
– Tener todo previsto, incluso lo imprevisto. Esto te lo da la experiencia, el conocimiento del mercado y, por qué no, la suerte…
– Establecer un protocolo de actuación con los clientes. Si automatizamos algunas funciones iniciales, como la creación de presupuestos, el modo de trabajo que llevaremos a cabo y demás detalles iniciales, será mucho más rápido, práctico y cómodo para todos. Por este motivo contamos con nuestro presupuestador online y un sistema con el que nuestros clientes pueden acceder a todos los trabajos a través de nuestra web.
– Rodearse de gente competente. El equipo lo es todo. Como ya hemos dicho en alguna ocasión, La Fábrica de Traducciones no sería lo que es sin su gente. Por tanto, un buen engranaje supera todos los baches, ¡hasta cuando el peque tiene varicela y hay que salir corriendo de la oficina!
– Amar lo que se hace. Esta pauta es esencial. Aunque tengamos momentos de cansancio o frustración por falta de tiempo, si tenemos vocación y traducimos porque realmente es lo que nos gusta, podremos conseguir todo lo que nos propongamos.
Los hijos nos dan alegrías, momentos inolvidables y algún que otro quebradero de cabeza… ¡y la traducción también! ¿Cómo no iba a ser posible la conciliación? 🙂
Y vosotros, ¿tenéis testimonios sobre vuestro caso? Contádnoslo en nuestro blog o en redes sociales.