Traducción profesional: todos los beneficios
26 de febrero de 20185 Mitos sobre el mundo de las traducciones
25 de abril de 2018Algunas de las dificultades con las que un traductor jurídico se enfrenta a diario: la sintaxis compleja, un alto grado de especialización, diversidad contextual y de los sistemas jurídicos, los términos equívocos insertados en una cultura bien definida, la presencia de lenguaje especializado unido a un dominio particular, la aplicación de conceptualizaciones y categorizaciones.
El campo de un traductor jurídico representa un campo de análisis extenso a nivel cultural, siendo el derecho la manifestación cultural por excelencia de una nación. El lenguaje de este sector está estrictamente vinculado al derecho de referencia y es rico en divergencias derivadas de los diferentes enfoques de clasificación dentro de los diversos sistemas jurídicos.
El traductor profesional debe ser capaz de desarrollar su conocimiento sobre cuestiones de orden comparativo, tener nociones de legisprudencia (métodos de elaboración y aplicación de las normas), de legimática (modelización del razonamiento y los procedimientos), de sociolingüística jurídica y lingüística forense y, en última instancia, va a desempeñar un papel de mediación entre las culturas presentes en cada texto.
La traducción de un texto legal está destinada a tener valor de texto auténtico y, por lo tanto, reconoce la necesidad de adoptar un criterio muy práctico: el principio de equivalencia jurídica.
La equivalencia jurídica
La equivalencia jurídica en una perspectiva consciente de las necesidades del público objetivo. Es un proceso real de reensayo que nos permite producir nuevos textos con valor legal a partir de un texto fuente.
En este ámbito, la terminología es innegablemente de una importancia primordial. Los diccionarios, aunque altamente especializados, aún no son suficientes para un traductor profesional. No solo es necesario consultar bases de datos terminológicas con información contextual de cada palabra clave, sino saber cómo rastrear el concepto en el texto original, verificar su valor y función en el idioma de origen y luego proceder a una recontextualización que deberá distinguirse por su claridad interpretativa en el idioma de destino.
A veces, la recontextualización es muy compleja, ya que habrá una reformulación y explicación real de un concepto legal que no está presente en el sistema legal del idioma meta. Por lo tanto, a menudo el traductor jurídico proporciona un equivalente descriptivo.
Además, la falta de correspondencias de conceptos muy similares entre diferentes idiomas, a menudo, lleva a la creación de “falsos amigos” que el traductor debe poder evitar, a lo que se añade el conocimiento de las diferencias léxicas y terminológicas entre los diferentes países.
El traductor jurídico ideal
En resumen, es muy importante que el traductor, además de tener un excelente conocimiento lingüístico y terminológico, pueda captar e interpretar la lógica de los procedimientos y las normas, en lugar de, simplemente, decodificar esta lógica. De esta forma, es posible obtener un producto exacto y preciso, que será el resultado final de un trabajo meticuloso y multidisciplinario.
La Fábrica de Traducciones ofrece a sus clientes un servicio de traducción jurídica impecable, ya que colabora exclusivamente con traductores juridicos, profesionales y nativos en el idioma de destino y posee un estricto control de calidad que garantiza un trabajo de alto nivel a un precio imbatible.