El traductor jurídico: habilidades y competencias
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8 de mayo de 2018Con frecuencia, la profesión de traductor y sus traducciones se ve vinculada a algunas afirmaciones que, en realidad, son completamente falsas. A continuación, señalamos los mitos que existen alrededor del traductor profesional y su profesión:
1. Un buen traductor es también un buen intérprete
Hay que señalar que los traductores y los intérpretes realizan dos oficios totalmente diferentes, aunque tienen un punto en común: un conocimiento excepcional de dos o más idiomas. Sin embargo, existen diferencias importantes entre ellos. Mientras que los traductores trabajan delante de un ordenador, con acceso a herramientas, recursos e internet, teniendo la posibilidad de revisar su trabajo múltiples veces antes de entregarlo al cliente, los intérpretes trabajan en público, muchas veces sin acceso a internet ni a otros recursos, bajo presión y sin libertar para poder modificar las palabras ya expresadas.
2. Cualquier persona que hable dos idiomas puede realizar traducciones
No, no es suficiente hablar dos idiomas para poder realizar traducciones de calidad, al igual que no todo el mundo es capaz de expresarse correctamente en su propio idioma de origen. El traductor posee una preparación teórica y mucha experiencia práctica, conoce el método de trabajo, posee los instrumentos y las competencias adecuadas para realizar su labor. Además, posee una inclinación natural hacia la exactitud gramatical, estilística y de contexto, tiene conocimientos específicos en los sectores que traduce, incluso al nivel de los profesionales del sector y, sobre todo, tiene talento.
3. Un buen traductor conoce muchos idiomas
A menudo los traductores se especializan en una sola combinación de idiomas, como máximo en dos.
Adquirir un nivel de conocimiento suficiente y dominar un vocabulario activo y bien estructurado en un idioma extranjero, implica años y años de práctica. Las preferencias personales o el contexto de trabajo influyen en la elección de la combinación lingüística dominante en la carrera del traductor.
4. Un traductor hace siempre un buen trabajo en ambas direcciones de su combinación lingüística
Si sabes inglés, traduces del inglés al español y del español al inglés con la misma calidad. Nada más lejos de la verdad, una traducción es un acto de creación, y el resultado del trabajo del traductor es un texto reescrito en el idioma de destino.
Para producir un texto de calidad, el traductor debe poseer, además de los conocimientos lingüísticos, conocimientos en profundidad sobre el contexto cultural y lingüístico del país para el que se realiza la traducción.
La industria de la traducción impone que las traducciones siempre se realicen hacia el idioma nativo del traductor, tal y como sucede en La Fábrica de Traducciones.
5. Un traductor debe realizar traducciones de calidad en cualquier ámbito
Las especializaciones del traductor tienen tanta importancia para la calidad de la traducción como el conocimiento del idioma y la preparación técnico-teórica inicial. Para traducir un texto, el traductor debe comprender por completo el contenido del mismo, y esta comprensión no es siempre accesible en el caso de textos especializados. Durante su carrera, el traductor se especializa en dos o tres ámbitos de interés, en función de sus intereses personales, del contexto profesional o de las necesidades del mercado.